La mariposa de admisión es uno de los componentes del sistema de admisión del coche, gracias al cual se inyecta la mezcla de aire y combustible en el motor para que este funcione. La mariposa se encarga de regular el flujo de aire que entra a los cilindros para la combustión, encargándose de que la mezcla entre oxígeno y combustible sea siempre la necesaria, en los motores de gasolina y de controlar la recirculación de los gases de escape en los motores diésel. 

Las averías más comunes en la mariposa de admisión son que la válvula se quede completamente abierta por el desgaste y la segunda es que, por la suciedad acumulada, se acabe bloqueando. Los síntomas que se notarán será una pérdida de potencia o tirones del motor, que incluso puede llegar a no arrancar si la entrada de aire está completamente cegada.

Las causas de estas averías son, básicamente, la acumulación de suciedad debido a sus funciones y el desgaste por el uso. Así, una de las mejores maneras de evitar problemas es ocuparse de limpiar la carbonilla acumulada en la mariposa de vez en cuando con el uso de productos específicos que se pueden encontrar en cualquier establecimiento especializado. 

En el caso de que el desgaste impida el correcto funcionamiento de la válvula, lo mejor será ir al taller y sustituirla por una nueva, ya que no habrá reparación posible. 

Así mismo, en los motores diésel se recomienda circular de vez en cuando por carretera a una cierta velocidad con el motor a altas revoluciones durante al menos media hora, para limpiar así la carbonilla acumulada. La conducción a bajas revoluciones y velocidades en ciudad es la que más merma el estado de la válvula en los motores diésel.

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